¿Se han preguntado qué pasaría si la tierra dejara de existir? ¿Si todo lo que conocemos y hacemos dejará de importar porque no tenemos dónde hacerlo? ¿A dónde iríamos?.
Estas son algunas de las preguntas que se están haciendo muchas personas estos últimos años después de pasar una terrible pandemia, las crisis económicas, las guerras recientes y muchos problemas de medio ambiente que venimos acumulando de años pasados. Lo cierto es que seguramente sí deberíamos estar preocupados, la naturaleza tomó un respiro de nosotros por bastante tiempo pero aún así seguimos causando daño a nuestro paso.
Actualmente, se han adelantado investigaciones, muchas opciones han sido descartadas y otras verificadas para saber con exactitud qué nos depara, y si abandonar el planeta es la mejor opción. Desde la época de Jesús todos hemos tenido la creencia sobre el fin del mundo y el apocalipsis y seguro que por toda esta información que han implementado toda esta estrategia para lograr hacer vida fuera de la tierra.
La verdad (al menos la que nos han hecho creer) es que aún falta un largo camino de exploración en esos planetas candidatos para recibirnos en el momento que se necesite, y también sabemos que no hay un espacio y una oportunidad para los más de 7500 millones de personas que sobrevivimos en tierra, solo unos pocos “privilegiados” son los correctos para repoblar un mundo fuera del planeta tierra y eso contando adicionalmente que de verdad sea posible una vida adaptativa a las condiciones atmosféricas que ofrecen los planetas vecinos.
Por ahora, sin duda alguna el mejor consejo que podemos darnos todos es hacer un último intento por cuidar la casa que ya tenemos y que nos ha dado todo lo que le hemos pedido, ser más conscientes y respetuosos con la naturaleza, el agua, los animales, incluso más empáticos con los de nuestra propia especie, y así no estar en estos dilemas existencialistas imaginandonos eventos catastróficos al mejor estilo de las producciones de hollywood y su forma de mostrar el último día de la raza humana.
